La felicidad humana no se logra con grandes golpes de suerte, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días (Benjamín Franklin, 1.706-1.790. Político, científico e inventor estadounidense).
Reflexión:
Contrariamente a lo que mucha gente piensa, la felicidad no depende de la suerte, ni de los bienes materiales, ni esta supeditada a nuestro poder adquisitivo. Depende únicamente de nuestro interior, que es en definitiva el que determina el significado que damos a cada acto o situación. Según nuestra manera de ser y del grado de conocimiento que tengamos sobre la realidad y trascendencia de nuestro ser, daremos un determinado sentido a las cosas y en vez de hacer de la vida un valle de lagrimas, podemos hacer que sea un lugar maravilloso donde vivir todo tipo de experiencias, necesarias para nuestro crecimiento personal y espiritual.
Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida en realidad, es una calle de sentido único (Agatha Christie, 1890-1976. Escritora británica de novelas policíacas conocida como la reina del crimen. También escribió novelas románticas bajo el seudónimo de Mary Westmacott).
Reflexión:
La vida es sin ninguna duda, una calle por la que todo ser vivo circula siguiendo siempre una misma dirección. La que sigue el camino evolutivo que todos recorremos a través de nuestras vivencias y en la que cada paso que damos es irreversible, sin que haya la más mínima posibilidad de dar vuelta atrás. Todo cuanto existe, sigue este camino de sentido único que tiende a elevarse a niveles superiores obedeciendo con ello a una Ley del Creador. El Universo entero sigue esa tendencia ascendente en el sentido de la superación, mientras se dirige hacia la Esencia Superior.
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